HORA ASTROLOGICA
Un día solar es
el período de tiempo que emplea el Sol para efectuar su
traslación desde un
determinado meridiano de longitud, hasta que vuelve al mismo
lugar al día siguiente.
Obedeciendo a la desigual rotación de la Tierra en su órbita
y la oblicuidad de la
eclíptica (la ruta del Sol) los días solares no son de la misma
duración, pero como la
vida social necesita una división uniforme del tiempo, se ha
adoptado un término medio
para este instante de los días solares durante el año, y
a esto se ha dado el
nombre de Día Solar Medio. Éste comienza a la medianoche
cuando el Sol se halla en
el nadir. Los relojes son corregidos y dispuestos para
que indiquen el principio
y el fin de esta división y también para marcar una división
igual del día en 24 horas.
Así, pues, obsérvese la diferencia que existe entre
la hora solar y la hora
del reloj.
Durante el tiempo en que
el Sol se halla lo más cerca de la Tierra (perihelio)
diciembre 24, y la época
en que está más alejado de la Tierra (afelio) junio 21, los
relojes van adelantados al
tiempo solar, y desde 21 de junio al 24 de diciembre, el
Sol va más adelantado que
el reloj, siendo la máxima diferencia la de 16 minutos
en los comienzos de
noviembre.
Cuando la variable
rotación de la Tierra en su órbita y la oblicuidad de la
eclíptica actúan al
unísono, la diferencia entre el horario del Sol y el de los relojes,
es la mayor, pero por 4
veces al año: 15 de abril, 15 de junio, 1º de septiembre y
24 de diciembre, coinciden
los dos.
Un día sideral,
es el tiempo que transcurre entre un determinado grado de
longitud, recorrido por
una estrella fija, hasta que lo alcanza al día siguiente. Esto
significa el tiempo exacto
de una revolución completa de la Tierra sobre sus ejes, y
es la única y uniforme
rotación o movimientos observados en los cuerpos celestes,
no habiéndose registrado
ni el más pequeño cambio desde los primeros registros
hechos por los hombres.
Obedeciendo al movimiento
de la Tierra en su órbita alrededor del Sol un
día solar
es más largo que un día sideral, porque como el Sol marcha más
hacia el Este durante el
tiempo de la rotación diaria de la Tierra sobre sus ejes, la
Tierra debe girar más aún
sobre sus ejes antes de que un meridiano cualquiera se
ponga en línea con el Sol.
El día solar es, por lo tanto, cosa de 4 minutos más largo
que el día sideral, pero
en obediencia al variable movimiento de la Tierra en su
órbita y a la oblicuidad
de la eclíptica, previamente mencionadas, esta diferencia
varía todos los días.
En los tiempos pasados en
cada ciudad o aldea la hora de los relojes se diferenciaba
de la de otra población
debido a que todos estaban calculados por la
hora local, pero esto
producía muchas confusiones para el público que viajaba, y
en consecuencia de esto,
Norteamérica adoptó lo que se viene conociendo con el
nombre de Hora
Patrón el día 18 de noviembre del año 1883. Para las personas
nacidas después de la
fecha acabada de mencionar, es necesario hacer una corrección
para convertir la hora
indicada por los relojes a la hora local exacta,
puesto que esta debe ser
la hora que debemos utilizar para calcular el horóscopo.
El diagrama ayudará al
estudiante para comprender el significado de Hora Patrón,
el modo de evitar las
confusiones y también como se hace la corrección antes
mencionada.
Se sugirió que si el país
se dividía en zonas horarias, cada una de cosa de
15 grados de longitud en
el sentido del ancho (esta es la distancia que el Sol recorre
en una hora) y que todos
los relojes de cada división estuviesen regulados a la
mismo hora, es decir, la
del meridiano situado en el centro de la zona horaria correspondiente,
se evitaría la confusión
de los viajeros.
De acuerdo con esta idea,
los Estados Unidos de América se dividieron en
cuatro zonas por tres
líneas imaginarías como se indica en el diagrama.
El nombre de estas zonas
horarias es como sigue:
Zona Oriental — Zona
Central — Zona Montañosa — Zona del Pacífico.
Los relojes para la hora
de la Zona Oriental están puestos con arreglo a la
del meridiano 75, es
decir, 5 horas antes de la Hora Media de Greenwich.
En la Zona Central la hora
está regulada con arreglo al meridiano 90, el cual
es 6 horas antes que la de
Greenwich.
En la Zona Montañosa los
relojes se rigen por la hora convenida para el
meridiano 105, o sea, 7
horas más pronto que la de la Hora Media de Greenwich.
En la Zona del Pacífico la
hora está dispuesta de acuerdo al meridiano 120,
o lo que es lo mismo a 8
horas antes de la del Observatorio de Greenwich.
Además, hay una quinta
zona en la parte más avanzada al Este del país en
el Atlántico, que
comprende los Estados del Maine, Nueva Escocia, etc., zona que
fue omitida en el gráfico
para que este pudiera ser mayor.
En todas las ciudades
situadas en estos Meridianos-Patrón (véase el mapa),
tales como Filadelfia o
Denver, la hora patrón es también hora local exacta
y no se necesita hacer
ninguna clase de corrección en los cálculos para el horóscopo.
Pero Detroit, el cual se
puede ver emplazado en la línea divisoria de las Zonas
Oriental y Central, está 7
grados al Este del meridiano 90 y sus relojes, por tal
razón, van 28 minutos
después realmente, toda vez que cuando allí es mediodía,
con arreglo al meridiano
patrón de los 90 grados, la hora local exacta es realmente
las 12:28 P.M. Chicago se
verá que está un poquito al Este del referido meridiano
90 (2 grados) y cuando los
relojes allí dan las doce del mediodía son realmente
las 12:08 P.M. Los relojes
de San Francisco indican el mediodía cuando la hora
local exacta es solo las
11:50 A.M., debido a que esta ciudad se halla situada 2
1/2 grados al Oeste del
Meridiano Patrón y, como es natural, es necesario hacer la
corrección para los
horóscopos de los nacidos en ella.
La regla para obtener la hora
local exacta es la que sigue:
A la Hora del Meridiano Patrón
más próximo, añadir cuatro minutos para
cada grado al Este del
Meridiano correspondiente a aquella hora, del lugar del
nacimiento.
Si el lugar del nacimiento
es al Oeste de aquel meridiano se substraen o
restan cuatro
minutos por cada grado al Oeste.
Cuando nace un niño debe
observarse el preciso momento que ejecuta su
primera respiración, pues
en tal momento y no el del momento del alumbramiento
es la hora del nacimiento
desde el punto de vista astrológico.
La razón por la que se
toma la hora de la primera inspiración, acompañada
generalmente de un grito o
lloriqueo, como la del momento del nacimiento, es por
la de que las condiciones
químicas de la atmósfera cambian, a cada instante, al
igual que las vibraciones
de los astros cambian también. Nosotros podemos notar
tal cambio en la atmósfera
con arreglo a la posición del Sol en el cielo a diferentes
horas del día o de la
noche. El aire de la noche es diferente de la atmósfera del
mediodía. Estos no son
cambios repentinos, sino que vienen a nosotros por grados
imperceptibles. Aquellos
de nosotros que estamos más endurecidos por los
repetidos cambios, no los
sentimos, pero la pequeña sensitiva forma de un niño
recién nacido es
eminentemente susceptible a la irrupción en sus pulmones de
esa primera carga de aire
y como el oxígeno contenido en la misma surge por todo
el cuerpo, por la mezcla
con la sangre cada átomo en particular recibe una impresión
peculiar la cual es
retenida por toda la vida, aunque los átomos cambien, en
la misma forma en que una
cicatriz se perpetúa en el cuerpo a despecho de todos
los cambios de los átomos.
Aquella estampa impresa en la sangre forma las bases
físicas de la
idiosincrasia y características del temperamento que ocasionan que
cada uno de nosotros
obremos diferentemente bajo las mismas condiciones estelares;
son las bases de las
tendencias de nuestra naturaleza física y en armonía
con nuestro estado de
desarrollo espiritual determinado por la ley de causación, la
cual nos da en cada vida
las facultades desarrolladas durante todas las existencias
anteriores. Así, pues, a
nosotros no nos toca cierto destino porque hayamos
nacido en un momento
determinado, sino que hemos venido a nacer en el momento
preciso en que los rayos
estelares nos darán la tendencia para labrarnos el
destino generado en las
vidas pasadas.
Esta distinción es muy
importante porque señala la diferencia que existe entre
el punto de vista del
astrólogo materialista y la concepción religiosa de la Astrología.
En marzo de 1918, el
Gobierno de los Estados Unidos puso en vigor la disposición
llamada Acta de Economía
de la luz solar (Day light Saving Act), o sea,
el adelanto de una hora de
todos los relojes desde la medianoche anterior al último
domingo de marzo, para
volverlos a poner en su hora normal a la medianoche
anterior al último domingo
de octubre. Esta ley solo estuvo en vigor durante los
años 1918 y 1919. Todas
las fechas que con arreglo a nuestra cuestión astrológica
se nos faciliten durante
los períodos indicados deben ser consideradas como
una hora menos con objeto
de averiguar la Hora Patrón.