SIGNOS
Y CASAS ASTROLOGICAS
Aunque estamos muchos
millones de kilómetros más cerca del Sol en invierno,
sus rayos nos transmiten
menor calor que en verano, cuando estamos lo
más separados de él, y es
por lo tanto evidente que la distancia no tiene efecto
en la transmisión de sus
rayos calóricos, sino que según el Sol se eleva hacia el
cenit, ya sea verano o
invierno, el calor aumenta, experimentándose el máximum
de calor en el centro del
verano cuando los rayos solares están cerca de la perpendicular,
lo cual evidencia que el
ángulo del rayo es el solo determinante de su
influencia.
La Astrología se relaciona
con los ángulos planetarios y los efectos que se
han observado producen en
la humanidad, y con objeto de determinar los ángulos
planetarios y registrar
las observaciones hechas, las estrellas fijas a todo lo largo
de la órbita del sol, vista
desde el lugar del nacimiento del individuo, se ha dividido
en regiones a las que se
llaman casas.
Muchos principiantes
encontrarán difícil al comienzo el diferenciar los signos
y las casas, pero
si se piensa detenidamente que los signos representan la
división
en doce partes iguales del camino del Sol, llamado
Zodíaco, y las casas
otras
tantas divisiones, pero de la Tierra, desaparecerá dificultad.
Los signos
influencias cada uno
alguna parte del cuerpo, y las casas se relacionan con
las condiciones de vida.
He aquí las partes del organismo regidas por los 12 signos
del Zodíaco:
Estas doce constelaciones
son el Zodíaco natural y están siempre en la
misma posición relativa,
pero debido a un movimiento del polo de la Tierra, el Sol
cruza el Ecuador por un
punto ligeramente diferente cada primavera en el equinoccio
vernal y este
punto de desviación o transferencia se considera en Astrología
como el primer grado de
Aries, el principio del cual es llamado el Zodíaco intelectual,
que cambia de año en año a
la proporción de 50,1 segundos por año; 1
grado cada 72 años: 1
signo cada 2.156 años, completando el círculo de los 12
signos en cosa de 25.868
años. Este movimiento de retroceso se conoce con el
nombre de "precesión
de los equinoccios”.
Desde el punto de vista
materialista no parece haber razón para este cambio
de retroceso del Zodíaco,
pero la situación en que se coloca el místico no es
arbitraria de ningún modo,
sino necesaria y en armonía con la marcha en espiral
de la evolución que
conviene tanto a la estrella del cielo como a la estrella del mar
y observable en todas
partes en la Naturaleza. Después de completar cada ciclo,
el Zodíaco intelectual
y el natural coinciden (el último lo fue en el año 498 D.
de
C.) y entonces empieza un
nuevo período mundial; una nueva fase de la evolución;
una curva más elevada de
la espiral del sistema solar, observado por los astrónomos,
debe cambiar el ángulo de
incidencia de los rayos del Sol sobre nuestra
Tierra tienen el efecto de
producir los cambios atmosféricos del verano e invierno,
es lógico suponer que un
cambio semejante debe seguir por nuestra posición alterada
con respecto a la de las
estrellas fijas, lo cual se debe tener en cuenta al estudiar
los cambios graduales de
las condiciones, tales como que los inviernos van
siendo menos fríos y los
veranos menos calientes en algunas partes del mundo.
Aún más, se ha observado
que las condiciones climáticas tienen un efecto
distinto sobre nuestro
temperamento —sentimos de distinto modo en verano que
en invierno— ¿y no puede
este lento cambio relativo de las estrellas fijas ser causa
de la mudanza de la
humanidad que es llamada evolución? El místico afirma
que así es en efecto. Al
igual que los rayos del Sol, por el cambio del ángulo de
incidencia, hacen brotar
hojas y flores de la planta en un momento dado y en otra
época las seca y
desprende, así también los rayos de las estrellas fijas hacen surgir
y producen mayores cambios
en la flora y en la fauna; siendo también los responsables
del encumbramiento y de la
caída de las naciones y del cambio de
temperamento que llamamos
civilización.
Llevando la ley de
analogía un paso más adelante, veremos que el Zodíaco
natural está
compuesto de las constelaciones en la forma que podemos observarlas
en el Firmamento, y el
Zodíaco intelectual comienza en el punto preciso que
gira el Sol cuando cruza
el Ecuador en el equinoccio primaveral. Éste es el período
en el que la Naturaleza
trae a su nacimiento a todo aquello que ha germinado
en su seno durante el
invierno precedente. Así, pues, el horóscopo del mundo
cambia de año en año.
"Como es arriba, es abajo”, es la ley de analogía y los mismos
puntos salientes que
podemos observar en el hombre y en el microbio los
veremos en el astro
celeste v en la estrella de mar.
En el mapa humano tenemos
también lo que podemos llamar el horóscopo
natural que es la figura
levantada con arreglo a las leyes de la Astrología, en cuya
figura puede hallarse
cualquier signo en el Ascendente, o sea, la primera casa. El
mudable equinoccio vernal
corresponde al grado primero de Aries en el Zodíaco
intelectual, asimismo el
Ascendente en un horóscopo humano tiene también una
cierta influencia
correspondiente a este grado. La segunda casa corresponde a
Tauro, la tercera a
Géminis y así sucesivamente, formando la contraparte del Zodíaco
intelectual en el
horóscopo humano.
Así como los rayos del Sol
están intensificados cuando se enfocan por medio
de una lente, así también
es la vida espiritual del Sol cuando está enfocada a
través de las dos casas de
Marte al traer una vida desde el mundo invisible.
Cáncer, el primero de los
signos de agua, fue representado por los antiguos
egipcios como un
escarabajo, el cual era para ellos el ambiente del alma, y los
ocultistas saben que el
átomo simiente del cuerpo, se planta cuando el Sol de la
Vida, (el Ego), está en
Cáncer, la esfera de la Luna que es el planeta de la fecundación.
Cuatro meses después,
cuando el Sol de la Vida pasa por el segundo de
los signos de agua,
Escorpión, el cual está bajo la regencia de Marte, el planeta de
la pasión y de la emoción,
se une el cordón plateado que enlaza el cuerpo de deseos
con los vehículos
inferiores, y tenemos el "despertar" cuando el feto primeramente
empieza a mostrar indicios
de vida. Por esta fecha el Ego ha disuelto el
núcleo de corpúsculos
sanguíneos por medio del cual la vida de la madre se manifiesta
en el organismo en
desarrollo y entonces puede empezar a actuar en el fluido
vital y manifestar síntomas
de vida separada en el cuerpo hasta que el Sol de
la Vida ha completado su
círculo y otra vez alcanza la mística casa octava.
Cuando han transcurrido
ocho meses desde que fue plantado el átomo simiente,
el Sol de la Vida, el
Espíritu, entra en Piscis, el último de los signos de
agua en el Zodíaco
místico, que está bajo el expansivo y benéfico rayo de Júpiter.
Bajo esta influencia
bienhechora las aguas del parto se hinchan y rompen las paredes
de la matriz que las
contiene, una vez que el ciclo de nueve meses de gestación
se ha completado, lanzando
esta neófita alma al océano de la Vida en el
primer punto de Aries,
cuando está calentado y animado por la combinación de los
rayos del Sol y de Marte,
que son los regentes y la exaltación de la casa. De este
modo al nuevo ser se le
prepara para la lucha por la existencia por el enérgico
dios de la guerra, y su
fuente vital, ya sea grande o pequeña, se llena hasta toda
su cabida por el Sol desde
el gran estanque de energía vital cósmico.
LAS
CASAS
En un horóscopo el lugar
del nacimiento se supone siempre que ocupa el
punto más alto de la
Tierra y se designa por una flecha en el diagrama que acompañamos
y el punto en línea recta
arriba en el Firmamento es llamado Medio cielo.
Como quiera que un
observador en el Hemisferio Norte debe mirar siempre hacia
el Sur para ver el Sol al
mediodía, de aquí se sigue que el Este estará a su izquierda
y el Oeste a su derecha.
Los astrólogos llaman al horizonte oriental el Ascendente,
porque en tal punto los
astros nacen o se elevan hacia el Medio cielo y
por la razón contraria
llaman al horizonte occidental el Descendente. Los rayos
desde las estrellas
colocadas en estos puntos extremos batirán sobre el lugar del
nacimiento a ángulos
diferentes, de aquí que su influencia variará, habiendo también
una diferencia apreciable
en el efecto de puntos intermedios entre el horizonte
y el Medio cielo; además,
los planetas que han descendido bajo la Tierra tienen
también poder, aunque no
en tan alta medida como cuando se hallan sobre el lugar
del nacimiento.
La influencia de los
planetas sobre los diferentes departamentos de la vida,
se ha comprobado por
observadores ser como sigue: